“I”, el marido de una muy buena amiga mía me dice que me pase por su oficina a dejarle un Currículo Vitae. Un día decido hacerlo y voy a su oficina que está en el Barrio de Salamanca o por la zona de Sagasta (Madrid). Me da la dirección y me dice que es el número 60, aunque cuando llego la oficina no está en ese número de la calle y la encuentro en el número 40.
Entro en la oficina que está en un semisótano y él no está, pero está mi buena amiga “S”. La encuentro muy arreglada, con un estilo muy de ejecutiva (falda tubo negra, camisa, zapatos de tacón y blazer) un estilo que no es el suyo.
La oficina es una agencia de viajes o algo parecido y organizan viajes a Panamá. Veo su catálogo y hay fotos de los lugares más turísticos aunque no reconozco ninguno (yo he viajado por Panamá). Me llama la atención una fotografía en la que aparece una especie de carroza de carnaval que simboliza un pulpo gigante rojo. Como la fotografía está tomada desde el aire, veo que esa carroza-pulpo está en un desierto. Sale como en tres o cuatro fotos y pienso que debe ser muy importante para ese pueblo para salir en tantas fotos.
En un instante aparece mi otra amiga “C” y nos saludamos. Mi amiga “S” viene aunque está muy atareada con cosas que hacer y su marido “I”, con el que he quedado para darle mi CV no aparece aún. Le digo a mi amiga que he quedado con su marido allí y me dice que se lo dé a ella. Le doy uno de mis folletos de profesora de yoga.
Visualizo otras fotos en las que estoy con ellos y yo llevo como un traje de peluche muy gozoso: híper suave y blanquito que me cubre todo menos la cara. Siento que me encantan esas fotos de peluche blanco.
Ya cuando me voy a marchar, como a 4 o 5 metros de mi, veo una serpiente enorme, una pitón, con la zona central muy engrosada, como si se hubiese zampado a alguien o algo. Al principio me asusto, aunque la serpiente está a cierta distancia, pero cuando enfoco bien la mirada y distingo al bicho, me empiezo a dar cuenta que la serpiente es de mentira. Es una pitón gigante que tienen en la oficina, un juguete que se mueve, repta y todo. Se mueve un poco por la sala mostrando toda su longitud y luego se vuelve a enroscar. Mi amiga “C” y y bromeamos durante un buen rato sobre la “fake snake” y cuando esta se enrosca de nuevo empieza a vibrar enroscada.
Simbología e interpretación del sueño
Para el inconsciente colectivo:
Conectada con la parte femenina de la consciencia, la serpiente es percibida como repelente y temible, al tiempo que admirada. Señora en el arte de la seducción, es arquetipo de sabiduría, intuición y creatividad, también de la traición.
La serpiente es uno de los símbolos más intrigantes, fascinantes e inquietantes de la espiritualidad humana. Está prácticamente en todas las tradiciones tanto en Occidente como en Oriente, en los mitos de las más antiguas culturas como en los textos sagrados de las grandes religiones En términos generales las serpientes son símbolos de fertilidad, sabiduría, curación, renovación y protección.
En Grecia las serpientes eran símbolos tanto de fertilidad y suerte como de terror. El mito más famoso sobre las es el de Medusa.
También la serpiente era el símbolo del dios Asclepio, el dios de la medicina con el poder de resucitar a los muertos, de ahí que uno de los símbolos de la medicina y a curación que podemos ver en todas las farmacias sea la serpiente.
En Europa, debido a la tradición cristiana, el símbolo de la serpiente como animal de poder ha sido menos y se ascia más bien a las fuerzas del mal. No hay que olvidar que una serpiente fue la que tentó a Eva para expulsarla del Paraíso.
Aunque hay algunos símbolos positivos en Europa que incluyen a la serpiente. La principal referencia se encuentra en la antigua Roma en la que el dios de la medicina, llamado Esculapio, tenía forma de serpiente.
En la India, las serpientes se adoran a veces como deidades o dioses, especialmente la cobra, que suele representarse alrededor del cuello de Vishnu y Shiva, dioses del hinduismo. Las serpientes también representan el despertar espiritual de la kundalini, una forma de energía divina, y son símbolos de renacimiento y fertilidad.
En el Libro Rojo de Jung, la serpiente, fiel a la naturaleza de todo símbolo- presenta aspectos tanto negativos como positivos, que reconocen cuatro aspectos de lo serpentino: la serpiente como símbolo del caos primordial, la serpiente como símbolo de oposición, la serpiente como símbolo de mediación entre los opuestos y la serpiente como símbolo de totalidad autoconsciente.
https://revista.latorredelvirrey.es/LTV/article/view/422
Interpretación
Lo que más me llama la atención del sueño son tres cosas: el atuendo de ejecutiva de mi amiga, cuando ella no viste así; la carroza del pulpo por el desierto; y sobre todo la serpiente.
Sobre la indumentaria de mi amiga, no lo tengo muy claro pero seguramente tenga que ver con mi propia etapa de ejecutiva, donde mi indumentaria era muy parecida.
Las fotos del pulpo por el desierto lo vinculo a la imagen estática que tengo de este momento en donde a pesar de tener “muchas cosas entre manos” es un tiempo de no demasiados frutos.
Y la serpiente, me sugiere que a pesar de que cuando la veo, me da temor, en el momento en el que la miro bien y me doy cuenta que no es de verdad, se me quita todo temor e incluso se convierte en un momento muy divertido. Puede ser algo que me esté dando miedo actualmente, algo que me parezca amenazante y tenga miedo, pero al mirarlo detenidamente, me doy cuenta de que no es una gran amenaza.
Dado que la serpiente en todas las tradiciones yóguicas representa el gran poder adormecido y latente en el individuo (kundalini) y simboliza la fuerza sutil, la intuición y la sabiduría; podría también simbolizar que no le estoy dando la suficiente importancia (me rio de ello), a todos los procesos psíquicos que estoy viviendo como intuiciones, sueños premonitorios, etc...
Respecto a que la oficina está en el número 40 en lugar del 60, debido a mi actual edad, puede ser que haga referencia a este periodo laboral de mi vida.
Este artículo forma parte del blog Bitácora de los Sueños escrito por Diana Tallo.
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